Cometas, planetas y una carrera brillante
Por Laura Hernández
#EntreAmigos
En 1969 el hombre llegó a la luna; gracias a los archivos, conocemos cómo los medios describieron el acontecimiento. Ahora, eso se ha magnificado hasta sentir la experiencia como propia.
Parece fácil, pero requiere preparación, tecnología y especialistas capaces de explicar aspectos científicos de una manera sencilla.
Es ahí donde su nombre se hace presente. Una experta con 52 años de trayectoria, quien nos ha acercado al tema de forma amena (en momentos divertida), siempre con un enfoque educativo.
Para acercarnos al universo
Es verano, está en su hogar, lleva varios meses trabajando así. Día a día, entre ponencias, investigación, transmisiones y su gusto por la escritura, se mantiene en constante actividad. En un inter, Julieta Fierro, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, se conecta para platicar con Resonancias.
Su hoja de vida es extensa: física, astrónoma y profesora en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Autora de más de 40 libros, conferencista, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, titular en el Sistema Nacional de Investigadores en el grado más alto, y acreedora a múltiples galardones a nivel nacional e internacional.
Por estos y otros méritos, su nombre en los medios es una constante —ya sea en espacios informativos o como divulgadora y generadora de contenidos—.

“Si no sabes, te puedes hacer planteamientos interesantes. La ciencia avanza con las preguntas que no tienen respuesta, no con las que ya la tienen”.
Fotografía Sofía Muñoz Boullosa
Tan vasto como contar estrellas
Sus inicios en la industria datan de los días de escuela, cuando el investigador Manuel Peimbert la llamó a trabajar con él como su asistente.
“Cierto día le pidieron a él ir a la tele para explicar por qué febrero a veces tenía 29 días, y me dijo ‘ve tú’. Lo hice, salió muy bien y después me siguieron invitando”.
Hecho que se catapultó. Al día de hoy, las participaciones de Fierro Gossman son continuas e innumerables en medios tradicionales y digital.
Asimismo, como titular de una emisión se enlistan:
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Radio. Muchos años colaboró en Radio Red.
“Primero José Gutiérrez Vivó me entrevistaba, y después la estación me llamó a hacer CosmoVoces. Un programa con la Academia Mexicana de la Lengua, donde otra compañera se ocupaba de la parte literaria y yo de la Astronomía”.
“Nos divertíamos mucho. En cada emisión bailábamos con los invitados y nosotras nos disfrazábamos —si el tema era yucateco, de yucatecas; o si era ballet, con tutú—. Ya sé que era radio, pero no nos importaba”.
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Tele. En los años 90, “en Televisión Educativa hice una serie de cápsulas”.
“Con anticipación mandaba una lista del material a utilizar en cada capítulo. No siempre conseguían todo, y debíamos improvisar. Ahí empecé a trabajar en un set y aprendí a adaptarme a las circunstancias”.
“A raíz de esas cápsulas —de un tono divertido—, la Universidad me invitó a hacer Más Allá de las Estrellas. Eso estuvo mejor, había un guionista que retomaba lo más importante y metieron a un actor encargado de hacer chistoretes”.
“Todo iba muy bien. Una vez íbamos a grabar un episodio sobre estrellas dobles con José de la Herrán y yo en patines para explicar los movimientos de las estrellas una en torno de la otra, cómo capturan satélites, etcétera, pero vino la huelga de la UNAM. Ya no pudimos seguir y se interrumpió esa serie”.
Posteriormente llegó Sofía Luna, Agente Especial.
“Un día, la directora de Canal Once me invitó a hacer un programa sobre ciencia”.
“Tiempo atrás le había contado que siempre quise hacer algo como El Mundo de Beakman, pero cuando iba a una televisora me decían ‘él es un actor, con un staff de 60 personas, actores, maquillistas, gente para las preguntas; y nadie está dispuesto a invertirle tanto tiempo a una producción de ese tamaño’”.
En ese momento (2015), “yo ya era una persona mayor y no podía ocuparme de todo, entonces ella dijo ‘no te preocupes, consigo un productor’. Respondí ‘si quieres que salga, yo debo garantizar el contenido científico’. Y aceptó”.
“Solo una vez vi a los actores, cuando nos presentaron. La dinámica era: del canal venían por mí en una camioneta, allá dos vestuaristas se hacían cargo de mi arreglo; luego, el director me indicaba ‘ahora di, ¡Sofía, ten cuidado!’, y yo lo decía; ‘ahora haz como si estuvieras en una nave espacial’, y lo hacía; ‘ahora ve y cámbiate de vestuario’… Así durante dos días”.
“Yo pensaba, ‘es lo máximo tener un director, te dice qué debes hacer y sale bien a la primera’. Fue maravilloso, estaba encantada, hasta cuando me pidió ‘vas a cantar’, yo ‘no, de plano no’, y él ‘¡sí puedes!’ Bueno, me entrenó y hasta la cancioncita quedó bien”.
Quédate en casa
La charla está llena de anécdotas, todas acompañadas de un semblante especial. El mismo que le genera contar cómo entró a las redes.
“Siempre había deseado grabar un curso de astronomía en línea. Tengo hijos en Estados Unidos, desde hace tiempo ellos ya daban cursos masivos a distancia y me enseñaban lo que hacían. Entonces dije ‘yo quiero hacer eso’”.
Y se cumplió. Adicional a sus ponencias y otros materiales disponibles en la web, su Curso General de Astronomía suma miles de views en cada episodio.
Tiempo después, una casualidad la llevó a Quantos de Ciencia (experimentos caseros para niños).
“Cuando inició la pandemia, le estaba dando un curso a distancia a mi nieto. Hacía algunas demostraciones, de manera muy limitada, al no poder salir a comprar diversos objetos. O sea, debía de ser con lo que hubiera aquí”.
“Entonces me di cuenta, lo que le iba enseñando, se podía usar para hacer experimentos en casa. Así empecé a grabar en mi compu, luego lo editaron y subieron con un perfil en Facebook, ¡y han sido muy exitosas!”.
"Pensaba, ‘es lo máximo tener un director, te dice qué debes hacer y sale bien a la primera’. Fue maravilloso, estaba encantada, hasta cuando me pidió ‘vas a cantar’, yo ‘no, de plano no’, y él ‘¡sí puedes!’ Bueno, me entrenó y hasta la cancioncita quedó bien”.




Sí a nuevos retos
Con reconocimientos donde se enumeran laboratorios, bibliotecas, planetarios, sociedades astronómicas y escuelas con su nombre, la doctora narra cómo hace unos meses exploró otro universo: los sonidos para internet.
“Me invitaron a hacer un podcast, llamado Te Explico el Universo. Al platicarme la idea pensé en videos de 15 minutos y dije ‘¡qué padre! Sé dar conferencias, voy a preparar mis power points’. Solo eran cinco temas, y yo ‘¡uy, facilísimo!’”.
“Cuando me dijeron ‘es en audio’, casi me da el ataque, ¡pero ¿cómo?!”.
“Después me puse a pensar en la evolución humana y de las especies en la tierra. En realidad, los sentidos más recientes son el habla y el oído. Había dinosaurios que no escuchaban y durante su evolución se desarrolló el sentido del oído. Fue cuando se les redujeron las mandíbulas —esa es la razón por la que los huesitos del oído están todos como pequeñitos y chuecos—”.
“Entonces, la parte del cerebro más conectada es la de la audición. Así concluí: ‘debo aprovechar el poder del audio’”.
“Por ejemplo, para explicar las distancias de algunas estrellas se considera cómo palpitan (unas rápido, otras lento) y cuan brillantes son. Aquí en casa tengo unas campanas (una muy grande y otra chiquita), entonces para ese episodio las toqué, y claro, por el sonido se puede identificar el tamaño. Uno sabe perfectamente si son las campanas de una iglesia o la del monaguillo”.
“Los del podcast están encantados. Es muy importante adecuarse al medio, prepararse y trabajarlo”.
Crear creando
Es el día previo a una conferencia. Luce tranquila, “poco a poco las ideas llegan”. Sonríe y nos comparte cuál es el proceso en su desarrollo de proyectos.
“Trato de empezar con tiempo, sé que la mente humana es lenta y tarda mucho en llegar las ideas”.
“Por ejemplo, si cada semana, el mismo día, a la misma hora, tratas de inventar algo nuevo para hacer con un clip. Al principio dirás ‘es fácil, junto papeles, hago un broche, un arete, una letra’, pero poco a poco vas empezar a entrar en angustia. Después del invento número 35 será ‘¿y ahora qué voy a hacer?’”
“Pero si te habitúas, te darás cuenta de cómo solita tu mente empezará a dar las respuestas, el día previo a la ‘fecha macabra’”.
“Así funciona la mente del creador: se plantea un problema, reflexiona y después se aleja para despejarse en otra cosa —camina, hace ejercicio, mueve algo en su casa, ve una película—; de repente, la respuesta llega. Ahora, solo debes trabajarla y después probarla”.
Y si…
Ciertamente, la edad modifica nuestro actuar, aunque en algunas circunstancias no debería ocurrir. Quizá, como dice la investigadora, si los adultos omitiéramos ese miedo a saber, preguntaríamos más.
“Si no sabes, te puedes hacer planteamientos interesantes. La ciencia avanza con las preguntas que no tienen respuesta, no con las que ya la tienen”.