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‘Hay que divertirse y diversificarse’

Por Laura Hernández

#EntreAmigos

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Autor de miles de cartones –generando polémica con algunos de ellos-. Cuenta con una trayectoria que va de los trazos a la escultura, de la ilustración a las marionetas. Galardonado a nivel nacional e internacional, su nombre es un infaltable cuando de caricaturistas se trata.

En un ambiente de gran calidez, con una sonrisa de principio a fin, Resonancias acompaña a Juan Alarcón en su estudio, su “cueva, un lugar alejado del mundo, de la sociedad, de todo lo que son distractores”.

Somos visuales

Mientras él realiza algunos trazos sobre un pedazo de cartón (el mismo material con que se hacen las cajas, pero que bajo sus manos sirve como lienzo), narra sus inicios: “No es que un día, en un parque, acostado en la hierba, mirando el horizonte, con las manos en la cabeza, dijera ‘voy a ser caricaturista editorial’ ”, sino que fue circunstancial ya que desde joven ponía en papel lo que le ocurría en la escuela, creando historias con sus compañeros y maestros.

El exceso fue durante la carrera que hacía cartones del director. Las cosas que no nos gustaban como alumnos, las pegaba en los salones y firmaba como ‘Tato’. De alguna manera me fui descubriendo, digamos que fui saliendo del closet”.

Licenciado en Artes Plásticas detalla que el cartón político es de los productos de mayor y más fácil digestión dentro de los diarios porque el ser humano tiende a la lectura más rápida que es la imagen. “La caricatura –a diferencia de la fotografía- no te presenta un mundo real sino un opuesto, ese que uno mismo interpreta de lo que es el ambiente, pero con humor”.

“Por eso la gente siempre consume más esa parte visual. Y es un orgullo, pero también una responsabilidad muy grande porque somos de lo más visto. Por ejemplo, en Estados Unidos donde despidieron a cartonistas, o sea eso no ocurre con columnistas, está ocurriendo con caricaturistas porque es lo más impactante que se ve en un periódico”.

“El dibujo es la cereza de pastel, la conclusión a cosas que uno va pensando, que va preparando. Uno arma su rompecabezas mental, el tema, cómo resolverlo, qué quiere decir, y ya cuando inicio esa ardilla debe tener unos kilómetros recorridos. Podría decir que el monero es 80 por ciento idea, 20 por ciento el trazo”.

Crítica con chispa

Dice que no es que se esté perdiendo el sentido del humor por justificar lo políticamente correcto, sino que en la profesión se les ha ido acorralando. “Lo que se ha perdido es la capacidad de tolerancia. Seguimos siendo un pueblo jovial, los mexicanos nos reímos de todas las circunstancias, pero ante el golpeteo en redes sociales hemos aprendido como que a medirle un poco más”.

“Es importante mencionar que los humoristas no nos mofamos del gordo, del chimuelo, del ciego, de los niños; nos burlamos de la situación con algún estereotipo que nos da la idea. Por ejemplo, si pongo un policía ciego que no ve que se están pasando el alto, pero sí con un olfato desarrollado para saber quién tiene dinero para soltar la mordida. No me burlo del ciego sino del policía”.

Convencido de que los cartones deben criticar a la sociedad tanto como al poder, indica “finalmente la política viene de ahí, estamos mezclados. Por lo tanto ese rollo de que la sociedad debe ser intocable, ¡pamplinas! Todos somos lo mismo. Me parece que ese tipo de cosas son las que poco a poco se van diluyendo, y yo he sido de los pioneros en dibujar a la sociedad, criticándola, porque se ha convertido ya en un poder real”.

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A la velocidad de los gigas

Rodeados de algunos de sus trabajos, bocetos, acuarelas, pinceles, marionetas de grandes dimensiones (en las que hay políticos, personajes de la cultura o animales), el también escultor explica cómo internet ha hecho que el gremio reaccione al instante. “La gente ve más memes que caricaturas. Aunque nunca van a manejar el mismo idioma, los memes han hecho la chamba que nosotros no de estar con más presencia, no escribiendo sino dibujando en tiempo real”.

“Ahora tenemos que trabajar más intensamente porque el mundo va girando y en dos horas se pueden generar 100 datos diferentes de información. Los tiempos han cambiado y hoy el problema es como el tiburón que se acerca a querer comer del cardumen, ¿éste qué hace? se junta y hay tantos que el tiburón no puede atrapar ni uno. Así estamos nosotros, a veces es difícil elegir qué tema dibujar”.

“Los memes te hacen humor pastelero, que es muy bueno, muy divertido, pero pocos de ellos trascienden. Mientras que la idea de la caricatura es que siempre sea comentada y que de alguna manera pueda trascender”.

Cómo hacerlo

 

Autor de cuatro libros e ilustrador para otros autores, actualmente participa en El Heraldo de México (periódico y TV), precisa que la oferta de espacios informativos se ha ampliado y el término ha evolucionado.

“Los medios de comunicación –que ahora tenemos redes sociales- ya no es tanto ver dónde encuentras la verdad, lo importante es cómo la muestras. Creo que los medios son algo parecido a los chefs –o deberían de serlo-, tenemos el jamón, el pescado, salmón o las carnitas. Tienes ahí todo lo que das ‘de comer informativamente’, sí, pero ahora lo importante es la preparación, cómo muestras esa información, cómo la vuelves apetecible”.

“Me parece que nuestros medios están en esa búsqueda de cómo decirlo, de qué manera presentarlo. Es el gran reto que tienen hoy los medios tradicionales”.

Incluso es algo que tiene ocupados y preocupados a los administrativos, “cómo hacer rentable este oficio (periodismo) del cual vivimos muchos. Desgraciadamente hoy se ha menospreciado, se ha vuelto una palabra grosera e insultante decir que un medio pueda tener ingresos, lo que da al traste con toda la nobleza que tiene este oficio porque los que vivimos de aquí de algo tenemos que vivir, el periódico tiene que vivir de algo y los periódicos en México no viven de la venta directa porque los mexicanos no leemos”.

Ante ello “muchos dicen que la solución es montarse en internet, ver cómo estamos funcionando. De mi lado lo he puesto en práctica y me he vuelto muy mediático, dibujo mucho en tiempo real, procuro estar activo con mi pluma, expresando ideas. Me parece que por ahí es por donde debe de ir, o sea no se puede menospreciar a las redes, creo que ese es un territorio en el que ahora lo complicado es saber cómo vamos a vivir o cómo vamos a cobrar porque a menos que seamos youtuberos –que para eso a muchos nos falta rostro u ojos verdes-, pero no tenemos esa manera de ganar como en YouTube”.

Creo que el futuro de los medios es que tienen que actualizarse y amoldarse a los nuevos requerimientos”.

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Gracia y talento

 

Entre pinceladas y combinaciones de colores, agrega que al día de hoy para un caricaturista ya no basta con estar en la prensa, hay que tener presencia donde está toda la gente. “Si no estás en las redes alguien más te va meter, pero hay que estar ahí”.

“Lo importante es ponerlas en su justa dimensión porque son como la película Matrix, ¿qué hacemos? metemos nuestro password, nos conectamos y adoptamos una personalidad –muchas veces somos nosotros mismos, pero otras no-. Internet es un mundo virtual, paralelo, y si vas a meterte a ese juego, hazlo consciente de que en cualquier momento te puedes desconectar y salir a la calle a tomar un café o una chela y estar en el mundo real. Eso es algo que tenemos que aprender a manejar todos. Lo importante es no perderlo de vista y divertirse”.

“La palabra diversión es muy mal vista porque suena a libertinaje, a anarquismo, y no. La diversión es diversificarse, justamente eso, y disfrutarlo. Una diversificación donde lo estás disfrutando”.

Y lo ha cumplido. En 30 años de trayectoria, Alarcón enlista un sinnúmero de colaboraciones en múltiples medios, más de 20 exposiciones individuales y 30 colectivas, talleres, conferencias, así como el diseño y elaboración de las marionetas para Hechos de Peluche de TV Azteca… Siempre con una sonrisa.

“Me parece que cuando tienes tu propia ideología, tu propia manera de ver la vida, todo lo que está a tu alrededor comienza a encajar. Es como un engranaje de vida, lo que pienses así el mundo se va relacionar contigo. Lo que estoy haciendo simplemente es el resultado de lo que yo creo, lo que considero que son las cosas, y afortunadamente tengo un espacio donde puedo expresar todo eso y está muy padre porque puedo decirlo, hacer que la gente escuche lo que yo digo. Que no suelto netas, o sea mi filosofía de vida no es soltar rollos sino hacer humor”.

“Eso va salvar al mundo. Si tenemos una sonrisa, un motivo para hacer un chiste, una broma, una gracia, de alguna forma estamos activando muchas partes químicas de nuestro organismo y nuestra mente se mantiene alerta, y es una manera más amable de poder recibir noticias del color que sea. Entonces qué chido que estoy desarrollando el humor”.

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